Actualmente lo que más frena a los emprendedores a la hora de decidir -o siquiera pensar- en tener un sitio web, es que consideran más que suficiente tener una cuenta Instagram donde mostrar gratuitamente sus productos o servicios, un número de WhatsApp dónde atender a los clientes, y -dependiendo de la posibilidad- un espacio físico dónde concretar la entrega y pago de la compra, ¡listo!, “¿para qué más?”.

…¿tengo que ponerme a “scrollear” en Instagram, descargar y ver un PDF, esperar un correo, o limitarme a lo que me puedan mostrar por WhatsApp?. Así de limitante es el montaje y manejo de un catálogo de productos por las redes; en una página web no sólo no hay límites para mostrar tu repertorio de artículos, sino que puedes categorizarlos, presentarlos de forma ordenada, activarles un buscador, mostrar variaciones de un mismo producto, presentar imágenes, videos, reseñas, manuales, en fin, una infinita posibilidad de opciones alrededor de la presentación de bienes a la venta.

La atención en tus redes (más allá de la simple automatización de respuestas) depende de que estés siempre activo al otro lado de la pantalla; una página web es el repositorio de toda la información que necesita tener tu posible cliente sobre tí y lo que ofreces, con una amplísima gama de posibilidades para atender y aclarar sus dudas y requerimientos, de forma instantánea y automática.

…¿sí saben que esa no es una opción vía Instagram o WhatsApp, cierto?. Las redes no permiten concretar negociaciones en línea, (al menos no a todo el mundo, en todos lados); con una página web sobran las plataformas que puedes emplear para este tipo de trámites, y además totalmente automáticas.

…y acceder a una cuenta donde vea cosas como mi historial de compra, estatus de mi pedido, recibir avisos de ofertas y tener mayor participación dentro de una comunidad real, ¿cómo se hace eso en Instagram o WhatsApp?. Al menos tú (quienes desarrollan la red sí lo hacen), no conservas, eres dueño ni puedes usar el registro de tus usuarios o clientes para crear, manejar y aprovechar realmente la data de esa comunidad; si absorbieras esos datos a través de una página web, conservarías, administrarías y sobre todo te beneficiarías tú (y no otros) de toda esa información.

…sobre quien vende u ofrece sus bienes y servicios, acceder a reseñas de anteriores clientes, tener repuesta a preguntas frecuentes, ver artículos relacionados a sus productos o servicios, ¿tengo que ponerme a buscar en historias o posts de Instagram, a ver si se habla al respecto, o en el mejor de los casos enfrentarme a un confuso y agotador bot de WhatsApp?. Las plataformas de las redes no son customizables, son lo que son, hay lo que hay, sólo puedes ofrecer o usar hasta donde te permitan; una página web es una prenda hecha a medida, a tu gusto, y con las funcionalidades específicas que necesitas particularmente para tu negocio.

…como: hacer por completo una reserva de hospedaje, pedir y pagar de una vez un artículo o servicio, ver información mucho más detallada de un producto en particular, hacer el cálculo del costo de un envío, ver o participar en una clase online, ¿cómo hago eso en Instagram o WhatsApp, y además de manera automatizada?. Recuerda, con las redes sociales puedes llegar hasta automatizar respuestas o reacciones a una palabra o frase; pero con una página web puedes automatizar procesos completos.

Obviamente Instagram, WhatsApp, Facebook, LinkedIn y un sin fin de otras redes sociales, te permiten eso: “socializar”, empatizar, conectar, quizás un poco “negociar“, con tus potenciales y reales clientes, pero definitivamente se dejan de atender requerimientos mayores como los descritos arriba; que temporalmente puedes bandear “un poco” con los limitantes recursos que al respecto puedan ofrecer tus redes; pero sigue siendo como reunirte con tus clientes en un bar o restaurante: bien bonito todo, acogedor, pasan un buen rato, pero sigue siendo un ambiente que no controlas; nada como tener tu casa propia, donde puedes invitar a pasar, quedarse, ponerse cómodos, vivir una experiencia más amplia sobre ti y lo que ofreces, en un ambiente hecho a tu medida, a tu gusto y necesidades, que es tuyo, que puedes llevarte adonde quieras, atendiendo y respondiendo requerimientos las 24 horas…nada como tener tu propia página web...para eso es que sirve…y quizás hasta ahora no sabías que sí la necesitas.