En ocasiones nos han planteado cosas como esta:
“Estoy trabajando en un site donde habrá publicaciones que incluyen fotografías y vídeos. Mi duda es ¿qué plan de hosting me recomiendan?”
Nuestra respuesta siempre es la misma:
“Ninguno”
Aún sorprenden este tipo de consultas, pues hace tiempo que existen sitios especializados -como YouTube o Vimeo- que permiten subir vídeos a ellos, además gratis y de forma ilimitada.
Sin embargo aún hay personas que desconocen que estos vídeos se pueden embeber (encrustar, pegar, incluir) en cualquier página web, y cuando piensan en tener sus propios sitios con vídeos asumen automáticamente que las dos cosas (el sitio y los videos) tienen que estar alojados en el hosting que han contratado para la web.
Pero resulta que alojar un vídeo en tu hosting suele ser una muy mala idea por muchas razones. No sólo estarías sobrecargando tu plan de alojamiento (en capacidad y transferencia), sino renunciando a mucho valor añadido que te pueden aportar las plataformas especializadas en vídeo.
De eso es de lo que hablaremos hoy un poco más a fondo.
La cuestión clave en todo esto es simplemente el hecho de que los vídeos son unos auténticos devoradores de recursos, tanto de espacio como de ancho de banda, transferencia o bandwith.
Para que te hagas una idea:
Un vídeo HD básico de 1280×720 pixeles de resolución (720p), consume un ancho de banda (llamado muchas veces transferencia o bandwith en terminología de hosting) en torno a 2,5 – 6 Mbits por segundo.
En comparación, una página web normal, bien optimizada, no debería pasar de 1-2 Mbytes de peso lo que equivale a 8-16Mbits (1byte = 8bits) en total.
Vamos a suponer entonces que tenemos un vídeo que consume 4Mbits por segundo como media frente a una web cuyas páginas pesan unos 1,5 Mbytes como media, lo que serían 12Mbits si lo pasamos a bits (la unidad usada por norma cuando se habla de anchos de banda).
Si tenemos a un usuario que ve el vídeo durante 10 minutos, habría consumido 10 *60 * 4Mbits = 2.400 Mbits o lo que es lo mismo, unos 2.4 Gbits.
¿A cuántas visualizaciones de página corresponde eso?
Fácil: 2.400 Mbits / 12 Mbits (tamaño de una página) = 200 páginas.
Es decir, que una persona vea ese vídeo corresponde en consumo de ancho de banda a navegar por nada menos que 200 páginas.
Si tuvieras un moderado éxito con tus vídeos, pongamos que consigues 500 visualizaciones al mes, estaríamos hablando del equivalente a 100.000 páginas web visualizadas (lo cual ya son palabras mayores).
En términos de ancho de banda habríamos consumido 2.4 * 500 = 1.200 Gbits.
Si eso lo pasamos a Gbytes (que suele ser la métrica con la que los hostings indican su tope de ancho de banda mensual) estaríamos hablando de 150 Gbytes (tan sólo en la visualización de 1 video).
Una cifra que en muchos planes de hosting ya habría supuesto pasarse del límite del plan. Y en otros con condicionados recursos de espacio en disco y ancho de banda ilimitados te aseguramos que te habrían contactado por consumo excesivo de recursos (sobre todo si tu servidor es compartido) con amenaza de suspenderte la cuenta. Ya que la disponibilidad de recursos ilimitados en el hosting está siempre condicionado a ciertas prácticas y usos.
Por otra parte, habría también que considerar que por varios motivos (efectos de caché en el navegador de los usuarios, etc.), el consumo de ancho de banda real de las páginas web es mucho menor que en este cálculo teórico. Pero no así con los vídeos (éstos no se guardan en caché).
Es decir, 150 Gbytes suelen dar en la práctica para mucho más de 100.000 páginas. En nuestro caso, por ejemplo, que ya superamos las 250.000, el ancho de banda consumido este mes es de 109 Gbytes, mucho menos que en el ejemplo que hemos puesto.
Pero en cualquier caso, no importa para este ejercicio que hemos hecho. Se trataba de darte una idea de lo tremendamente exagerado que es el consumo de ancho de banda de un vídeo si lo comparamos con lo que necesita una web normal sin vídeos.
Pero no sólo el ancho de banda es un problema con los vídeos, también su consumo de espacio en disco.
Aquí vamos a hacer de nuevo una comparativa con una web “normal”, en este caso, una web basada en WordPress, una opción cada vez más popular para crear webs de todo tipo.
El espacio que ocupa un vídeo con el formato anterior (720p) depende en buena medida de los parámetros de calidad con los que lo grabes. Por ejemplo, un vídeo de 10 minutos a 720p ocuparía unos 40-50 Mbytes.
Vamos a comparar eso con el espacio que necesita en un hosting una web “normal”.
El espacio que consume un sitio WordPress típico es muy variable, pero creemos que es también algo interesante de conocer, así que detallaremos un poco más cómo lo puedes estimar de una manera aproximada.
Una web basada en WordPress consume espacio de disco en estos cuatro frentes básicamente:
Esto son los ficheros de WordPress que instalas en el hosting, inicialmente unos 20 Mbytes aproximadamente.
Este espacio va aumentando ligeramente conforme instalas plugins, aunque conviene echar un vistazo a la carpeta de plugins en el hosting (wp-content/plugins) de vez en cuando por si a alguno se le va la mano. Generalmente no debería ir mucho más allá de los 100 Mbytes con el tiempo.
Las imágenes ocupan sin duda el mayor volumen de peso, salvo en sitios que usen poquísimas imágenes, obviamente.
Y aquí la cuestión más importante es si optimizas o no las imágenes que subes. Esto es otro tema del que hay que hablar largo y tendido.
La cuestión es la siguiente: si optimizas bien tus imágenes para su uso en web, no deberían ocupar mucho más de 100-150 Kbytes como media (cada imagen), salvo casos especiales.
A esto hay que añadir que WordPress crea internamente variantes redimensionadas. Pero en definitiva una media de 500 Kbytes, o lo que es lo mismo, 0,5 Mbytes como media por imagen, sería algo razonable.
Aquí estamos pensando en cosas como webs que, por ejemplo, ponen a disposición de tus lectores eBooks en formato PDF, o permiten la descarga de software, etc. Esto ya depende 100% de tu caso particular, puede ser cero o muchos Mbytes si ofreces montones de descargas.
En WordPress, el texto de los contenidos se almacena en la base de datos de WordPress, junto con otra información como la información de los autores, etiquetas, categorías, etc.
Los posts y páginas suelen ocupar muy poco porque son básicamente texto puro (que ocupa poquísimo). En general, habrá muy pocos post o páginas que superen lo 10Kbytes de espacio.
Una cuestión clave aquí es que WordPress guarda revisiones cada vez que editas un post. Conviene no acumular muchas por no multiplicar el espacio de las mismas y para ello te puede ser muy útil un plugin como Optimize Database after Deleting Revisions.
Si haces eso bien, el consumo de esta parte será casi despreciable.
Total, teniendo en cuenta todo esto, un site tipo con, pongamos 3 imágenes por post, como media y 100 posts publicados y razonablemente bien optimizado podría ocupar típicamente en el disco de su hosting:
Total: 385 Mbytes
Esto es lo razonable y por eso en muchos hostings indican topes de espacio en disco de uno a varios Gbytes que suelen ser más que suficientes para una web normal o incluso para montar varias bajo diferentes dominios.
Sin embargo, si pensamos en vídeos la cosa cambia:
Con lo que ocupa nuestra web, apenas habríamos logrado alojar 10 vídeos de 10 minutos de duración.
Como ves, alojando vídeos, puedes acumular rápidamente grandes necesidades de espacio. Además, los hostings de mejor calidad, ponen el énfasis en usar discos muy rápidos (SSD) que también son caros, y por eso, tienen que mirar el espacio ya que les cuesta caro, y esto se traduce en planes de mayor costo.
Los sitios que alojan vídeo suelen ofrecer todos un mecanismo muy sencillo para visualizar sus vídeos en cualquier página web: ofrecen un código que se puede copiar y pegar en el código de la página de modo que el vídeo se muestre junto con un reproductor perfectamente integrado en la página. Eso es lo que se llama embeber un vídeo.
En plataformas como WordPress es aún más trivial. WordPress, por ejemplo, permite poner el enlace del vídeo directamente en el texto, reconoce automáticamente que se trata de un vídeo y muestra el reproductor correspondiente.
Ten en cuenta que hay vida más allá de YouTube. Conviene que explores tambiém otras plataformas como Vimeo que se están haciendo cada más populares. Además, ¿por qué no tener tus vídeos públicos en varias a la vez?
La gracia del sistema es que el vídeo aparentemente es parte de la página, pero en realidad sigue “cargando” desde el sitio origen. Por ese motivo a tu hosting no le afecta ni lo más mínimo, porque es tu navegador web quien lo está integrando todo, el vídeo lo está tomando de YouTube, Vimeo o la fuente donde lo hayas subido, y el resto de contenidos del hosting contratado.
Con estos ejemplos ya deberías tener razones suficientes para convencerte de que no es una buena idea alojar vídeos en tu hosting, pero todavía quedan algunas más que también son sumamente importantes y de las cuales deberías ser conscientes.
Así que hagamos un repaso rápido de cinco de las razones más importantes para no alojar vídeos en tu hosting:
La especificación del lenguaje de las páginas web actuales, HTML 5, no especifica qué formatos de vídeo debe soportar un navegador. Internet Explorer y Safari, por ejemplo, entienden el formato H.264 (MP4), pero no WebM u Ogg. Firefox al revés: soporta Ogg o WebM vídeos, pero algunas versiones no soportan H.264 y así sucesivamente.
En definitiva, si quieres soportar los principales navegadores, tendrás que convertir el vídeo en múltiples formatos: .mp4, .ogv y .webm (con el consecuente aumento de espacio consumido en tu hosting). Además, necesitarás un reproductor inteligente que sepa cuál usar en cada caso.
Pero la cosa no se acaba aquí, reproducir un vídeo tiene mucha ciencia puesto que el ancho de banda real disponible (especialmente del lado del usuario) es muy variable. Es probable tus vídeos sufran parones y tirones.
Un buen servicio de vídeo te aísla de todo esto. Para empezar, tienen su propia infraestructura con muchísimo ancho de banda de salida y sus reproductores están ya muy depurados, saben modular la calidad del vídeo en función del ancho de banda del que dispone el usuario, saben qué formato usar según en qué navegador se está reproduciendo el vídeo, etc.
Así tú te limitas simplemente a subir el vídeo y que la gente lo vea, que es lo suyo. La plataforma y sus herramientas hacen el resto.
Mucha gente no sabe que YouTube es el 2º buscador más grande del mundo.
Es decir, tener presencia en YouTube quiere decir que accedes a un enorme tráfico de búsqueda y cuándo un video se hace viral, la cosa se puede disparar hasta límites insospechados.
Por tanto, en el caso particular de YouTube, tener presencia en esta plataforma significa poder llegar a mucha más gente y sumar muchísimas visitas y seguidores adicionales a tu proyecto que no llegan a tu web por esta otra vía.
Por otra parte, las plataformas especializadas en vídeo te aportan una información analítica de una gran riqueza que no puedes tener si los alojas por tu cuenta en tu hosting.
Ya no me refiero a cosas básicas como las reproducciones sino a cosas mucho más avanzadas como saber, por ejemplo, que % de retención consigue un vídeo determinado en el tiempo.
Es decir, YouTube, por ejemplo, puedes saber qué % de los usuarios lo sigue viendo en cada segundo, una información que te puede revelar mucho sobre qué partes del vídeo funcionan mejor y cuáles peor (lo abandona un gran % de gente).
Otro ejemplo muy interesante de valor añadido que te aportan incluso las plataformas gratuitas de vídeo son los controles de privacidad.
Volviendo a la plataforma más popular, YouTube, aquí dispones de tres modos que deberían ser suficientes para casi cualquier usuario:
Como ves, ya incluso en las cuentas gratuitas, dispones de un control de privacidad bastante completo que será más que suficiente en el 99% de los casos.
Y, por último, en el caso de YouTube tienes una funcionalidad que te permite meter automáticamente publicidad AdSense en los vídeos si así lo deseas.
Entre paréntesis, AdSense es, en general, de las peores formar de monetizar online por los importes miserables que se suelen ganar. Pero también es seguramente la más inmediata y fácil. Es tan simple como crearse una cuenta AdSense, vincular con YouTube, configurar en YouTube qué vídeos quieres que muestren publicidad y cuáles no, y listo.
Es difícil concretar importes económicos porque depende de la temática de tus vídeos, tienes que conseguir enormes cantidades de tráfico para llegar a importes que no sean ridículos, pero también es verdad que, salvo la configuración inicial de las cuentas, cuesta cero trabajo.
Pero principalmente mencionamos este tema por un motivo: el efecto psicológico de ingresar tu primer dinerito online, aunque sólo sean unos céntimos, resulta tremendamente motivador. Y en ese sentido, mucho más importante que el dinero en sí, que será poco, es el empujón de motivación de esa primera experiencia de generar ingresos en línea y de manera pasiva.
Como puedes ver, visto todo esto, se puede considerar casi una barbaridad que alojes tus vídeos en tu propio hosting. Aún podríamos seguir con más razones y más ejemplos, pero creemos que con esto ya ha sido suficiente como para que lo tengas claro.
Y ya para rematar, te dejamos un vídeo muy ilustrativo de Caleb Wojcik, el “DIY Video Guy”, un experto en vídeo que trabaja con top bloggers a nivel mundial como los autores de Fizzle o Pat Flynn.
En este vídeo hace una comparativa de las plataformas de vídeo más importantes del mercado como YouTube, Vimeo, o Wistia. Esto te debería ayudar a decidir cuál puede ser la mejor para tu caso.
El vídeo está en inglés, pero recuerda que en la ruedecita del reproductor de YouTube (configuración) puedes activar los subtítulos junto con su traducción automática. No es una maravilla, pero suficiente para entender el vídeo razonablemente bien.