Cada día, a los espacios de enlaces patrocinados y publicidad de Google se les otorga mayor notoriedad en los resultados de búsqueda en detrimento del posicionamiento orgánico. Adwords copa tanto las primeras posiciones como las últimas de cada página –SERP–, también está presente el sidebar derecho –cosa que se percibe, habitualmente, durante las campañas estacionales– o incluso se hace, poco a poco, con los resultados visuales más relevantes con la implementación de Google Shopping.
Sin embargo, a pesar de la relevancia que están tomando los resultados de búsqueda que generan ingresos a Google, hay que tener en cuenta que el resultado operativo de la empresa no sólo se basa en los ingresos sino también en los costes. Es decir, que Google, como cualquier otra empresa, intenta maximizar los ingresos – mediante el SEM– y minimizar los costes y gastos operativos –mediante SEO–.
La velocidad de carga de los sitios web, sitemaps, link building interno, etc. son cuestiones habituales en SEO que Google premia por el simple hecho de facilitar al Googlebot el rastreo de sitios web ahorrándoles tiempo –también a los usuarios y mejorando su experiencia de uso– y dinero –desde el agua necesaria para los sistema de refrigerado de los centros de datos hasta el deterioro o necesidad de mayores inversiones en inmovilizado–.
Otra cuestión importante por la que el SEO y los ‘SEOs’ son un punto clave para la estrategia de Google, es porque facilitan y difunden la implantación de productos de la compañía debido a la prescripción positiva, en tanto a posicionamiento orgánico se refiere, que Google proveerá a quienes hagan uso de ellos. Por ejemplo, Google+ y sus famosos botones +1.
Del lado de la competencia Google también se beneficia del SEO. Por un lado, la mayor especialización y complejidad de sus sistemas de búsquedas complica la entrada de nuevos jugarores a competir en el sector. Es decir, se usa el SEO a modo de barrera de entrada. Mientras tanto, por el otro lado el SEO permite a los ingenieros de Google no “oxidarse” e ir actualizando y mejorando sistemáticamente su buscador, gracias al trabajo que conlleva resolver fallos o debilidades del buscador detectados por los ‘SEOs’.
En definitiva, el SEO es beneficioso para Google no sólo reputacionalmente –haciéndolo universal y bajo la idea de “libre competencia”– sino que permite que Google gane más dinero y es por este último punto por lo que al SEO aún le quedan muchos años de vida –mientras las búsquedas sigan siendo el factor determinante de los ingresos de la compañía–.